Sueños de Libertad

La infidelidad gay que ha caído por su propio peso en ‘Sueños de libertad’: “Y yo no sabía nada”

En el episodio de este martes de la ficción diaria de Antena 3, Julia se ha escapado el mismo día que tenía que marchar al internado, y Jaime ha revelado por fin su gran secreto

La infidelidad gay que ha caído por su propio peso en ‘Sueños de libertad’: “Y yo no sabía nada”

Foto: Digna ha indagado en una vieja herida, durante el capítulo de este martes de 'Sueños de libertad'. (Atresmedia)

Digna ha indagado en una vieja herida, durante el capítulo de este martes de ‘Sueños de libertad’. (Atresmedia)

Ha llegado el día para el personaje de la pequeña Julia, en la serie Sueños de libertad, de despedirse de su familia para comenzar su nueva etapa en el internado. Pero la joven ha querido dar la nota antes de decir adiós, y ha protagonizado este martes uno de los episodios más preocupantes de la serie diaria que Antena 3 emite entre semana.

En capítulos anteriores, Jesús se empeñó en enviar a su hija a un internado, con tal de separarla de Begoña para hacerle daño donde más le dolía. De cara a la galería, el empresario afirmaba que no estaba pasando una buena racha con su esposa, y deseaba alejar a su hija de sus discusiones para que pudiera centrarse en sus estudios. Hoy, Begoña se ha enterado de que Jesús no contaba con ella para llevar a Julia hasta Sigüenza.

La enfermera ha vuelto a discutir con su marido por las tierras que le arrebató a los Merino, una parcela que a él no le importaba en absoluto, y significaba mucho para sus primos. Jesús ha dado un golpe sobre la encimera de la cocina, y le ha pedido a Begoña que se comportase para que Julia tuviese un día de normalidad antes de irse.

“¿Normalidad? Yo ya no sé qué es eso”, ha alegado la chica. Jesús ha pedido a Begoña que no montase un drama al despedirse de la niña, pues su compañía le hacía débil y conflictiva como ella. Begoña ha protestado por no poder acompañar a Julia hasta el internado: “Quédate aquí, este es tu sitio”, ha ordenado Jesús, a lo que ella le ha respondido, desafiante, que su sitio ya no estaba en ninguna parte.

Julia se escapa

Al poco tiempo, Begoña ha interrumpido la reveladora charla que Jaime y Marta estaban teniendo con Jesús, Damián y Andrés. Después de su último desfallecimiento, la empresaria le pidió a su marido que explicase a la familia su enfermedad, pues aquella situación era insostenible. También le ha comunicado que se había decantado por quedarse allí, cuidándolo, en lugar de marcharse a Barcelona con Fina.

Jesús ha preguntado por qué les había reunido a todos en el salón, y Jaime no se ha andado con rodeos: “Porque me estoy muriendo”. Ante la noticia sobre su tumor en la cabeza, Damián ha preguntado si no se podría tener en cuenta segundas opiniones médicas, pero Marta ha comunicado que Jaime ya había movido cielo y tierra, y solo quedaba asimilar la realidad.

Jesús ha preguntado por qué les había reunido, y Jaime no se ha andado con rodeos

Begoña ha intercedido en ese momento, sin darse cuenta de que era un momento del todo inapropiado, al anunciar que Julia había desaparecido. La chica ha creído que se podía haber escapado, y Jesús le ha cogido con fuerza del brazo a su esposa, preguntándole si no sería aquel otro de sus astutos planes para escaparse con la niña. “Deja de ver fantasmas donde no los hay”, ha amenazado Begoña, pidiéndole a su enemigo que buscase a su hija.

María, por su parte, ha encontrado a Begoña bloqueada, sin saber ya por dónde buscar a Julia. La esposa de Andrés se ha alarmado ante la decisión de su cuñada de coger el coche, pues le ha aconsejado que no lo hiciese, dado su estado de salud, y esto ha generado un incómodo enfrentamiento entre cuñadas.

Julia estaba agazapada bajo un árbol en la dehesa, muy cerca del paso de Damián y Andrés. El ingeniero ha dicho que la desaparición de Julia era por culpa de Jesús, por querer apartar a la pequeña de Begoña. “Tu hermano está sufriendo más que nadie”, ha dicho el patriarca, ante las quejas del claro favoritismo hacia el más conflictivo de los tres hijos. “Jesús nunca estuvo bien, por eso me necesita más que a vosotros”, ha señalado a Andrés, quien ha criticado a su padre que siempre se posicionase del lado de la persona que acabaría hundiendo a toda la familia.

Digna reconoce la verdad

Por otro lado, Digna ha acudido a ver a Mario al colegio de topógrafos en Madrid. Allí, el ama de llaves le ha explicado el proyecto del balneario que habían recuperado de los papeles de Gervasio, pero el académico le ha reconocido que ese mismo proyecto lo legó él mismo en Joaquín y Luis para que lo continuasen. Luis ha acudido al encuentro de su madre en la capital, y ha disimulado que no le habían explicado el origen de la idea para no remover los recuerdos del pasado.

Digna pensaba que Gervasio había dejado de quererla por su culpa

Pero a Digna no se le ha escapado la pura verdad: al llegar al apartamento, le ha dicho a Joaquín que había visto las firmas de Gervasio y de Mario juntas, su misma ilusión por un proyecto de vida. “Y yo no sabía nada”, ha reflexionado la madre de los Merino, cayendo en la cuenta de que la muerte de su marido les truncó un futuro juntos a Mario y a él, “se había enamorado de otro hombre”. Digna pensaba que Gervasio había dejado de quererla por su culpa, pero Joaquín le ha consolado con que aquello no era cierto. Sin el padre y sin Valentín, Digna ha calculado que quedaban Joaquín, Luis y ella, y ha concluido con que tenían que cuidarse mucho.

En ese momento, Julia ha aparecido por la puerta del apartamento de los Merino. La muchacha ha reconocido que se puso a caminar sin rumbo hasta darse cuenta de lo cansada que estaba, pero le daba miedo regresar a casa. Digna ha llevado a la joven hasta Begoña, y le ha dicho a la madre adoptiva que Julia la necesitaba más que nunca.

“No me gusta cómo te habla”, le ha confesado Julia a Begoña, en relación con Jesús. También le daba miedo irse al internado, y al volver al final de curso encontrar que su madre se había marchado a Inglaterra. “No me dejes sola, le tengo miedo”, le ha pedido Julia a la enfermera, “o si no volveré a escaparme”. A Begoña no le ha quedado otra opción que prometer que estaría allí, costase lo que costase. ¿Aguantará Begoña todas las mezquindades y abusos de Jesús?

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